Anna nunca supo de estos planes hasta que su querido rey
Alfonso, tras un año de matrimonio, poco a poco empezó a enfermar. Parecía que
su felicidad poco iba a durar.
La enfermedad del rey no podía ser curada por ningún tipo
de poción ni magia alguna. Anna no se explicaba que había pasado y poco tiempo
le quedaba. Entonces recordó que su maestro era muy poderoso y que podía
ayudarla. Pero había un alto precio que pagar por la vida de su adorado rey,
tenía que entregarle su corazón como precio para deshacer el embrujo. La reina
no se lo pensó dos veces, le entregó su corazón descubriendo así la oscuridad
que ocultaba dentro.
Nuestra reina no sabía lo que había ocurrido, el poderoso
mago entonces le contó los planes que tenía para ella y todo su reino, pero en
ese momento Anna desapareció en medio de una tormenta de hubo azul. El mago no
le dio mayor importancia porque ya tenía el corazón oscuro de la reina. Nada
iba a impedir que cumpliese su cometido.
Anna estaba destrozada cuando volvió a palacio. Su rey
había muerto, el mago se lo había llevado, así como su corazón.
El arquero se había convertido en caballero del reino del
Sur. Habían sabido de la muerte del rey Alfonso de Oriente y del sacrificio de
la reina Anna para poder salvar la vida a su esposo. Entonces decidió que tenía
que ir a conocer a esa reina, algo le decía que era su destino.
Durante el viaje no pudo evitar pensar en aquella joven que
tanta confusión le había provocado años atrás. Sabía que en algún momento sus
caminos iban a cruzarse otra vez y descubrir, por fin, que era eso que sentía.
Nuestro arquero no se había casado ni había formado una familia, ya que al
formarse caballero siempre estaba en batallas y guerras para defender a su
reino y su rey. En esta ocasión, la noticia de la maldición del mago amenazaba
a todos los reinos.
Unos días después, llegó al reino de Oriente. Había oído
las historias que contaban sobre su majestuosidad y belleza, pero jamás lo
había podido comprobar él mismo. A pesar de que el reino fuese presa del
pánico, sus habitantes eran amables y le escoltaron a palacio. Fue atendido de
la mejor manera posible, dadas las circunstancias, y escoltado a su estancia.
La reina, después del funeral de hacía unas semanas de su
esposo, decidió que era hora de tomar decisiones para proteger lo que ahora era
su reino, el reino de Oriente. Se dio cuenta de todo lo que había conseguido.
Pero aun le faltaba una cosa, lo que más anhelaba su corazón, aunque fuese en
la distancia.
Algo le decía que no le quedaba mucho tiempo y deseaba
encontrar de nuevo a aquel arquero del tatuaje de león que años atrás había
visto y no se había atrevido a conocer por miedo al amor. Ahora más que nunca
lo necesitaba a su lado.
El arquero ansioso por conocer a tan valiente reina, fue al
gran salón en su busca, pero no la encontró allí. Parecía que una gran tormenta
se cernía en todo el reino. No era una tormenta cualquiera, era de color
púrpura y llenaba cada rincón del palacio. Al ver el arquero, ahora caballero,
lo que estaba ocurriendo, gritando por todo el palacio el nombre de la
reina.
Anna se encontraba en los jardines, bajo el árbol más
grande, pensando en un plan para evitar lo inminente. Empezó a sentir dolor en
el pecho, el vacío de su corazón empezaba a notar el dolor de aquello que
faltaba. Sentía que se le escapaba la vida y no podía hacer nada para evitarlo.
Desesperado, el arquero corría gritando "¡Anna! ¡Anna!
¿Dónde estás?". Anna le gritó desde el árbol "¡aquí estoy!". El
arquero la sostuvo entre sus brazos ya en su lecho de muerte dejando ver su
tatuaje de león en el brazo derecho. Al ver Anna quien era lo miró con los ojos
llenos de lagrimas, por fin se sentía completa porque él, aunque fuese en sus
últimos momentos, se encontraba a su lado. Él le acarició el rostro admirando
su belleza y comprobando que ella sentía lo mismo que él. Estaban destinados a
estar juntos, pero el destino les estaba poniendo a prueba dejando que se le
escapase la vida de su amor verdadero por entre sus dedos.
Anna le contó antes de morir cómo años atrás había conocido
a Chloe que le había ayudado a encontrar a su amor verdadero y como por miedo
lo había dejado escapar. Él sabía que la había visto antes, sabía que era ella
la joven de la taberna de aquella noche de invierno. Entonces Anna
falleció.
Entre tanto dolor el arquero gritó a los cielos viendo
prácticamente encima esa tormenta púrpura que lo engullía todo. Entonces
recordó que sólo una cosa podría salvar a su amada, devolverle su corazón y
romper con la maldición del mago.
No había nada más puro en ningún reino que el amor
verdadero. Un beso sincero bastaba para hacer volver a su amada a su lado. Con
un beso lleno de amor y dolor. Acercó sus labios a los de Anna y la besó tan
intensamente que inmediatamente la tormenta desapareció con la misma rapidez
con la que vino. Oyó los latidos de un corazón que no era el suyo, era mucho más
fuerte e intenso, y cuando se apartó de Anna pudo comprobar que ella estaba
respirando y despertando, como si hubiese sido un sueño.
La tomó entre sus brazos llevándola hasta el gran salón,
donde los sirvientes la atendieron con mucho cuidado. Su reina que tanto había
perdido y tanto había sacrificado, por fin había despertado. Al levantarse,
Anna no podía creer lo que veían sus ojos, realmente él estaba ahí. Le
agradeció todo aquello que había hecho para salvarla y le preguntó su nombre.
El arquero se llamaba Nathan, aun siendo arquero y siendo caballero, hizo lo
que cualquier hombre que encontrase a su amor verdadero haría, pedirle a su
amada que se casase con él.
Entonces Nathan y Anna se casaron en una gran boda tan
espectacular como la de ella con el rey Alfonso. El rey siempre seria recordado
como el más bondadoso del reino y más benevolente, siempre había demostrado
afecto por todos sus súbditos. Y no esperaban menos del nuevo rey Nathan. Unos
años más tarde Anna concibió un hijo de ambos, al que llamarían Hugo.
Y así, la historia de Anna y Nathan se convirtió en una
leyenda de la cual siempre se recuerda el amor que se tenían el uno por el
otro. La fuerza de su amor logró que ella recuperase su corazón y que la
oscuridad pasase al olvido siendo el amor y la felicidad lo que colmaban su
corazón.
FIN:
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